El patio de juego favorito de la mujer
Sagitario está fuera de casa. Hará el amor en una tienda, en Remolque o incluso
en la playa. Disfruta del sexo, pero no prolongará los preliminares. Su interés
capital es la propia gratificación. Si bien no le importa el juego preliminar,
prefiere empezar la función principal lo antes posible. Es capaz de orgasmos
múltiples, aunque someros. Algunos hombres consideran que sus modales en la
cama carecen de tacto y es cierto que puede ser muy desconsiderada con su
amante. Si éste no satisface lo que ella desea se masturbará mientras él se
queda mirando, insatisfecho. Le gusta inquietar a su compañero hasta el punto
de hacerlo perder el control de sí. Esto lo logra con frecuencia mediante una
técnica consistente en empezar y detenerse. Tras haber llevado su amante casi
al clímax con la relación, se colocará directamente sobre su pene erecto y poco
a poco se irá bajando hacia él. Cuando el varón alcanza la cima de una
sensación insoportable, ella se volverá a levantar. El sexo es un acto de
AMISTAD y no le gustan los amantes que
se comportan como si hubieran cambiado todo el universo. Su dificultad básica
es la incapacidad que tiene para entregarse del todo a una determinada experiencia.
Pasa indiscriminadamente de uno a otro, sin ofrecer mucha resistencia, pero
tampoco encontrando mucha satisfacción. Tiene demasiadas experiencias con poco
sentido real. La mujer Sagitario no se entusiasma por las experimentaciones, no
le gustan las cosquillas francesas, los vibradores electrónicos o las
irrigaciones. Esos juegos exóticos no la fascinan. No es catadora de cuestiones
eróticas. Prefiere el camino trillado, y no se preocupa por meterse en
variantes que según ella son meras superfluidades. No hace mucho vino a mí una
mujer Sagitario que andaba por los cuarenta y pico. Su problema era que si bien
se había precipitado en una aventura con un hermoso joven, no quería continuar
con las trampas sexuales que él deseaba.